Era una fría noche de invierno, a la salida de la discoteca, él la acompañaba al taxi, los dos cogidos de la mano, caminando bajo la lluvia... De repente, ella deja de caminar, él la mira
- ¿Qué te ocurre?
- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- Claro que puedes, adelante.
- Antes que nada, debo decirte que temo mucho tu respuesta, pero no puedo aguantar más con la duda.
- Me estas asustando...
- ¿Tú... tú y yo... qué somos exactamente? Cada vez más gente me lo pregunta, y yo soy incapaz de contestarles, porque no me ha quedado claro...
- ¿Tú que piensas?
- ¿Yo? Yo no tengo la menor idea, por eso te lo pregunto, la última vez que pensé que entre nosotros había algo después me di cuenta que tú no veías las cosas de la misma manera que yo y me desilusioné muchísimo... Necesito saberlo, contéstame...
Él la agarra de la cintura y la besa. Sin saberlo, acaba de cumplir uno de sus sueños, desde siempre ella soñaba con un apasionado beso bajo la lluvia, sí, los típicos besos de aquellas películas que miraba noche tras noche, con la esperanza de que algún día le ocurriese a ella...
- ¿Te sirve como respuesta?
- Quiero oirtelo decir...
- Pues... Tú y yo... ¿De verdad necesitas ponerle etiqueta? La última vez que lo hicimos las cosas acabaron fatal, y no quiero que eso vuelva a pasar...
- Vale, ya tengo mi respuesta.
La cara de ambos se iluminó con una tierna sonrisa, ella no era capaz de esconder su felicidad, llevaba tiempo esperando el momento en el que volverían a estar los dos, y aquello era incluso mejor de lo que se había imaginado... Volvía a nacer la esperanza y la ilusión que ella creía haber perdido, y en aquel mismo instante se dió cuenta de lo mucho que le quería, aunque no tuvo el valor de decírselo...
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