Todavía me cuesta creer que te hayas apagado, todavía no puedo hacerme a la idea de no volverte a ver más.
Ayer me desperté, y subí a tu casa, con la esperanza de que todo hubiese sido una pesadilla, de llegar allí y verte sentada como cada mañana en tu sofá viendo la tele y cosiendo. Tal fue mi tristeza y desilusión cuando me encontré con una casa oscura, fría y vacía sin tí, te busqué por todas las esquinas de aquella casa, pero desgraciadamente no te encontré y tuve que hacer frente a la cruda realidad. Ya no estás físicamente, ya no podré darte un abrazo, darte un beso, ni siquiera oir tu voz, pero en mi corazón permanecerás eternamente, estás grabada a fuego en mi alma y siempre habrá un hueco para ti en mi pequeño universo.
Quiero darte las gracias por haber compartido estos 20 maravillosos años de mi vida, por haber sido una maravillosa persona, y por haber hecho que jamás me falte de nada. Gracias, gracias por todo...
Espero que allá donde estés no sufras más, que hayas encontrado al Abuelo y que permanezcais juntos eternamente, se que día tras día lo extrañabas desde hace ya más de 25 años. Espero que allá descanses en paz y que siempre me recuerdes.
Ya nada es igual sin ti, te echaré de menos cada día que pase.
Hasta siempre,
Tu nieta que te quiere! ♥
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