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miércoles, 9 de febrero de 2011

R.

No te vas a marchar, no te han admitido, debo decirte que es lo que más deseaba desde que me contaste aquello y que estoy realmente feliz de que te quedes. Aunque para ser sincera me queda una gran pregunta en la cabeza ¿Y ahora qué? Se que te disculpaste y volvimos a retomar contacto porque no querías marcharte y dejar las cosas así, pero ahora que te quedas, ¿Qué será de nosotros? si todavía se puede llamar un nosotros... Te di un millón de oportunidades de hacer las cosas bien, pero cada vez encontraste una manera de defraudarme y hacerme daño, debo decirte R. que estoy dipuesta a darte otro millón de oportunidades si hace falta.
También es verdad que el otro día porfín fui capaz de decirte lo que sentía por tí, y creo que lo has logrado entender y dejarás de una vez por todas de jugar, aunque eso suponga ser sólo amigos. Te necesito, me encanta cuando llegas y lo primero que haces es venir y abrazarme, me haces sentir tan segura y especial que no lo cambiaría por nada al mundo, me encanta que te pases noches dándome besos por toda la cara, me encantas...

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