J. en el momento que me dijiste que dentro de dos meses te marchabas, te aseguro que me quedé helada, ¿tú?¿tú también te marchas?¿por qué?... Creo que debiste ver la tristeza en mi cara y esas ganas de llorar que invadieron todo mi cuerpo, y entonces me miraste a los ojos y me dijiste "no te preocupes, no te dejaré sola, volveré!" y añadiste "y sabes que siempre estará nuestro juego", esas palabras significaron tanto para mí, ni siquiera puedes imaginartelo J. No se cómo serán mis veranos sin tí, sin nuestras risas, sin nuestras peleas en la cocina, sin nuestras salidas, sin nuestras resacas, sin nuestro juego... Lo que se es que jamás volverán a ser como los maravillosos veranos que pasamos estos últimos años. Pero, si me has prometido que volverás y que no me dejarás sola, aquí estaré J. esperándote, siempre dispuesta a jugar y a revivir estos veranos...